– “Ámate a ti misma”
¿Cuántas veces has escuchado o leído esta frase? Y es que el amor propio es algo que se da por sentado cuando somos adultos… Pues es que ¿cómo no me voy a amar a mi misma? ¡Por favor! Antes muerta que aceptar que a veces (más seguido que a veces, creo yo) no nos amamos de verdad. Y creo que no lo hacemos a propósito… Pero es que estamos tan programadas a poner a todo y a todos antes que nosotras, que ni cuenta nos damos. Y pues, el amor propio no nos los enseñaron en el colegio. ¡Cómo me encantaría haber llevado como materia un “Ámate a ti misma 1 y 2″ (o las que fueran necesarias). Hay quienes tuvieron una educación donde se los inculcaron, unas a quienes la vida se los ha enseñado y estamos otras que, aunque nos lo enseñaron, la vida nos lo ha pedido en diferentes etapas, pero no sabemos por dónde empezar o retomar. ¿Te ha pasado?
La mayoría de las veces cuando pensamos en apapacharnos, pensamos en irnos al spa un día, o más bien, una hora si nuestras apretadas agendas y compromisos nos lo permiten. O darnos esa noche de amigas para la terapia grupal y desestresarnos un poco. Y es que, aunque esto claro que ayuda a salirte de la rutina y hacer un break del ajetreo del día a día, amarnos a nosotras mismas va mucho más allá. Pero ¿por dónde empiezas?
Hace poquito estaba escuchando un podcast, ¡amo los podcasts! Este era uno del canal de Oprah Winfrey, te lo recomiendo muchísimo. Hablan sobre diferentes temas para el alma y el espíritu, y considero que es una manera muy práctica de aprender mientras estás en el gym, manejando, limpiando el cuarto de “triques”, actividades “no-brainers” que puedes aprovechar. En este en particular, hablaban sobre una señora que perdió absolutamente todos sus ahorros en el escándalo financiero de Bernie Madoff y cómo la única manera en que pudo lograr empezar a sanar fue a través del agradecimiento. Solamente así, pudo dejar de pensar en todo lo que había perdido y empezar a rehacer su vida. En un principio pensé, “que fácil se oye”… ¿Cómo es que así nada más, empezando a agradecer, vas a poder pasar algo tan fuerte como eso? Pues ella comentaba que, al empezar a hacerlo, fue cuestión de días que se empezó a levantar.
Si llevamos eso a nuestro tema de amarnos a nosotras mismas, aplica perfecto este concepto. Estamos acostumbradas (o al menos yo lo estaba) a pensar en el agradecimiento para las cosas fuera de mi ser. Podía agradecer bienes materiales, la relación con mis hijos, oportunidades, mi salud y la de mi familia, tener mi cuerpo completo y funcionando, etc. Pero nunca lo había pensado en relación a mi ser…
¿A qué me refiero? A que si empezamos a hacer consientes las cosas de nuestro ser por las que estamos agradecidas, le estamos diciendo a nuestro cerebro en lo que queremos que se concentre de nosotras. De tal manera que si lo hacemos a diario, cada vez nuestro cerebro va a empezar a concentrarse en las cosas positivas de nosotras mucho más que en lo negativo. Esos pensamientos negativos que le dan vida a la conversación interna en nuestra mente que no nos ayudan en nada. La conversación en la que vemos el defecto, en la que recorremos situaciones donde “la regamos” y recreamos diferentes escenarios de cómo pudimos haber actuado o contestado, lo único que están logrando es hablar mal de nosotras mismas y provocando totalmente lo contrario a amarnos.
Además, también puedes agradecer una situación o una acción que hiciste durante el día que le agregó valor a alguien ¡son como bonus points! ¿Cómo no amar a alguien que tiene tantas cosas positivas y que además va por la vida agregando valor a las demás personas? Amarte a ti misma va mucho más allá de consentirte. Pienso que se trata de crear una vida de la que no quieras escapar y disfrutarla lo más que puedas.
Si te gustó la idea, intenta tener un diario de agradecimiento de tu ser, y empieza a amarte y disfrutarte. Diario, al terminar el día, escribe dos cosas positivas de tu ser y una acción en la que hayas agregado valor a alguien.
Si lo intentas, platícame en los comentarios cómo te sientes y si eso te ayuda a aterrizar y a adoptar la frase: “Ámate a ti misma”.
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