Todos soñamos con tener un espacio propio, un lugar dónde sentirnos seguros, desarrollar nuestras costumbres, manías, y convivencia con nuestros seres queridos.
Este espacio, es nuestra casa, nuestro hogar.
Su búsqueda requiere de mucho tiempo y paciencia; en algún momento podemos llegar a tener varias opciones y es el punto más crítico ya que no sabemos qué hacer al respecto para ir cerrando alternativas.
Inicialmente debemos conocer el monto de nuestro presupuesto para invertir en el bien inmueble, nuestras necesidades en cuanto a terreno y construcción y la ubicación del mismo.
A partir de aquí comienza nuestra andanza.
Es importante considerar el desarrollo, equipamiento urbano y vialidades existentes o a un futuro, en donde se ubicará nuestra vivienda, esto es, sopesar el tiempo que tardará nuestra propiedad en tener una plusvalía importante.
En el momento que empecemos a buscar casa es básico hacer visitas en la zona en las horas pico y en días de lluvia, observar por donde son los escurrimientos de las calles, detectar las zonas de inundación, cañadas, ya que pasarás por ahí diariamente por mucho tiempo. Así que a salir a recorrer la ciudad bajo la lluvia.
Después de recorrer el sector, ahora sí, enfocarnos en nuestra futura propiedad.
La orientación de la casa es de suma importancia, ya que de ello depende mucho el gasto que tendremos para tenerla fresca y ventilada, detectar las áreas donde pega más el sol.
Debemos solicitarle al vendedor los planos y especificaciones generales de la construcción, para conocer los alcances de nuestro proyecto y así poder exigir lo que nos están vendiendo.
Siguiendo con el tema del agua, pero ahora sí, bajo techo, nos daremos a la tarea de inspeccionar con ojo clínico y sin hacernos de la vista gorda de los detalles que pueda tener el inmueble.
Al entrar a la casa, lo primero que veremos será por lo general, algún ventanal y nos cegará la luz natural que entra por ella, aquí aprovechemos de ver nuestro piso (recomiendo llevar con nosotros algún gis o marcador, pelotita, canica o alguna varilla que nos podamos encontrar en el sitio) caminaremos por todo el espacio, tratando de sensibilizar nuestras pisadas, vista y oídos, tratar de sentir alguna variación en las uniones de los pisos, podemos rebotar la pelotita o golpear ligeramente cada una y escuchar el sonido que hace, si suena hueco, habrá que cambiar ese piso; no tengas miedo de marcar cada cosa que tú creas que no está bien, recuerda que es una inversión importante, así que no dejemos nada a la ligera.
Los muros, losas, columnas, vanos de puertas y ventanas, estos componentes son todo un dolor de cabeza, al menos en lo personal, ya que estamos comprando una casa que por tendencia es hecha en serie (en la mayoría de los casos) y desafortunadamente, la supervisión de la misma no ha de ser la óptima, así que nos toparemos con elementos descuadrados, inclinados, abultados, etc. Si llegamos a ver en nuestros muros alguna fisura (falla que afecta la capa exterior del muro) no hay que entrar en pánico y pensar que nuestra casa está por derrumbarse, puede ser una mala aplicación del material, asentamiento natural y homogéneo, y entrada de carga estructural son algunas de las causas por las cuales se presenten estas fisuras; en cuanto a las grietas (es cuando la rotura atraviesa todo el muro) se pueden producir por un asentamiento del terreno o un mal cálculo estructural, y por lo general van acompañadas por un descuadre del muro.
¿Cómo nos damos cuenta que tenemos problemas de humedad? El primer indicador son los manchones que aparecen en el mismo, también la textura del acabado puede verse algo suelta, granulosa, polvorosa. Revisar que esté bien impermeabilizado. Cabe resaltar que antes de recibir nuestra casa habrá que hacer pruebas de hermeticidad y ver que no existan fugas.
Revisar las salidas de cielo, los contactos que estén colocados de forma ortogonal, los cambios de material, las terminaciones o esquinas que estén bien hechos; que los espacios ya definidos (por ejemplo, el del refrigerador) tengan las dimensiones estándar, las puertas que abran y cierren correctamente y verificar que no estén chuecas (que tenga el mismo espesor de remetimiento en todo el vano). En la cochera y patio habrá que constatar que las pendientes sean las adecuadas para evitar el encharcamiento.
Estas son algunas sugerencias al momento de buscar casa.
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