“Las mujeres quieren todo”

Es la frase de mi amigo G cuando “ocasionalmente” hago mi lista de peticiones de vida ideal, ya sabes, cuando sueñas despierta… pero no está diciendo ninguna mentira, de verdad queremos todo!!!

Queremos un trabajo bien remunerado, pero que nos dé tiempo de estar con nuestra familia, queremos desarrollarnos profesionalmente y tener tiempo para ir al gym, para meditar, tener vida social y atender a nuestras amigas, leer un buen libro… y un laaaargo etcétera…

¿Que si es posible? Pues yo creo que si, pero definitivamente habrá que hacer sacrificios, porque, el día solo tiene 24 horas, así que hay que asignar prioridades…. Tomar decisiones, y esa es la parte que no es sencilla.

Hace algunos meses tomé la decisión de dejar mi trabajo para concentrarme un poco más en mi familia, después de mucho resistirme tomé la decisión, al final tomé el camino de muchas de mis ex compañeras de trabajo, que cuando les resultó imposible combinar el trabajo con la maternidad se fueron de la empresa… mujeres súper valiosas, en lo personal y en lo profesional. Sé que no funciona igual para todas, en lo personal esa parte de tener 3 horas para mis hijos no me terminaba de cuadrar, así que me decidí por mi proyecto de vida más importante y a la par lanzarme al vacío en la aventura del emprendedurismo, pero esa es ooootra historia….

Yo soy una ferviente creyente del home office, aunque no es lo ideal para mi, ya que soy un ser social por naturaleza y necesito estar en contacto humano para mi salud mental, pero en estos tiempos en los que tenemos toda la tecnología a nuestro alcance, porque no darnos la oportunidad de probar este modelo en las empresas?

 

Todo quieres! Resuena en mi cabeza la frase de G. Pues si, todo quiero… ¿Qué tenemos que hacer para que este modelo funcione?

Hay muchísimos datos al respecto, entre los miles de beneficios, de acuerdo a Entrepreneur (1) en su artículo “20 razones para hacer home office” de Cynthia Johnson (Co founder and CEO of Bell + Ivy) están el incremento en la productividad, ahorro de las empresas en espacios, incremento en la lealtad de tus empleados, disminución de ausentismo por enfermedad. Todo esto suena fabuloso!

Por supuesto que para que esto funcione, como empleador, debes de tener una relación de confianza al 100% con los empleados, debes de tener claros los objetivos de manera que sea fácilmente medible el desempeño, obviamente contar con la tecnología que requiera el desempeño del puesto y tener una excelente comunicación en ambos sentidos.

No todo es miel sobre hojuelas en este sueño de trabajo, como empleado hay que ser realmente ordenado para no perderte entre las múltiples distracciones del hogar, y delimitar los tiempos familiares para evitar caer en la tentación de seguir trabajando por horas después de “la hora de salida”, puede ser que alguna parte de la inversión en material de trabajo corra por tu cuenta, pero creo que no es mucho comparado al ahorro que tendrás en gasolina y tiempo!

Desde mi perspectiva, es una muy buena herramienta para combinar un trabajo que amas con tu vida personal, simplemente el tiempo de traslado en una ciudad como la nuestra puede llegar a ser hasta de 2 horas para las personas que no cuentan con un vehiculo de su propiedad… ¡es real! Así que ahora viene la parte divertida de todo este asunto… ¿Cómo hacemos para que las empresas de verdad comiencen a adoptar este sistema de trabajo?

Sé que un par de empresas de las “grandes” ya lo aplican, y conozco a un par de amigas que trabajan bajo este esquema, son las más felices y dan lo mejor de si, porque no quieren perder su trabajo. Un trabajo que desarrollan desde el patio del colegio durante el entrenamiento de futbol de su hijo, o desde la mesa de su cocina mientras los niños hacen la tarea. Porque la chamba no termina cuando dejan la guardería, más bien ahí comienza el trabajo de verdad…

Me encantaría saber tu opinión, ¡déjame un mensaje!

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