Hace alrededor de 20 años, en un parque que frecuentaba diariamente para pasear a mi hijo, veía a un Señor que calculo tenía unos 60 años, con barba larga y blanca, vestido todo de blanco y con un dije “raro” en su pecho, era como una especie de letra… con un caminar tranquilo, se quitaba sus sandalias y descalzo sobre el pasto hacía ciertas posturas con su cuerpo para después sentarse “de chinito” y estar ahí en silencio con los ojos cerrados.
Yo moría de curiosidad por saber qué era lo que hacía, se veía tan apacible, tan concentrado que para mí era imposible no observarlo. Poco tiempo después, gracias a Internet supe que él practicaba Yoga.
Hoy en día hay múltiples opciones de esta práctica en la ciudad, sin embargo aun así creo que hay cierto desconocimiento sobre qué es realmente la práctica de Yoga, y más aún la diferencia entre los diversos “estilos” que se ofrecen: Hata Yoga, Vinyasa yoga, Ashtanga yoga, power yoga, yoga restaurativo, Kriya yoga, KUNDALINI Yoga, entre algunos más… uf! ¿Cómo saber cuál es el “bueno” y más aún para que me sirve cada uno?
La palabra Yoga quiere decir “Unir”. La finalidad del Yoga no es “pararse de manos”, ni aumentar la flexibilidad y apariencia del cuerpo, ni llegar a hacerte nudo con piernas y brazos. Al final, Yoga es una tecnología ancestral que te apoya en un proceso de “Vida Consciente”. Ser consciente de tu cuerpo, de tus emociones y pensamientos, ser consciente de tu potencial como ser humano y darte cuenta que eres parte de un todo, que no hay separabilidad entre tú y el entorno.
En lo personal creo que hay estilos de yoga más “empáticos” según la necesidad de cada persona, te platico brevemente y desde mi experiencia sobre tres tipos:
Hata Yoga. Es la base de otros Yogas y el más practicado en la actualidad a nivel mundial.
En resumen, su práctica se basa en posturas físicas (asanas), respiración (pranayama), relajación y meditación. Cada postura o asana se mantiene por cierto tiempo antes de pasar a otra, en coordinación con la respiración. Para al final de clase tener una relajación total del cuerpo-mente y así, obtener todos los beneficios de la práctica.
Cualquier persona puede llevar a cabo esta práctica, al adecuarse a su propio rango de movimiento, poco a poco se va desarrollando fuerza y flexibilidad. Si deseas comenzar a practicar Yoga, Hata puede ser el estilo indicado, ya que como te comenté antes, es la base de otros estilos.
Su práctica genera salud a nivel físico, mental y emocional, ya que nos ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, mejora la circulación de la sangre, reduce los síntomas de dolor en espalda y articulaciones, reduce los trastornos del sueño, eleva la producción de hormonas del bienestar, previene el exceso de tensión emocional, incrementa la atención y enfoque, entre otros múltiples beneficios.
Vinyasa Yoga o yoga flow. En esta práctica, la respiración profunda y consciente, combinada con el movimiento fluido, es la base. Si eres una persona que le cuesta trabajo estar “quieta” y te gustan los cambios, este estilo de yoga más dinámica es para ti.
En cada clase se practican diferentes posturas al igual que en Hata, pero éstas en vez de mantenerlas por varios minutos, se integran en una secuencia fluida y diferente en cada clase, para trabajar diferentes propósitos pero siempre de forma fluida al compás de la respiración.
Sus beneficios son muy similares a los de Hata yoga, creando una unión de cuerpo y mente a través de la respiración. Ayuda a fortalecer los huesos, ayudando así a prevenir la artrosis y otras enfermedades óseas degenerativas. Mejora el sistema inmunológico ayudando a prevenir enfermedades de diversa índole, reduce los niveles de inflamación y ayuda a regular el metabolismo. Reduce los niveles de cortisol, lo que nos lleva a reducir la ansiedad, ayuda a reducir la ira, ataques de pánico y nerviosos.
Promueve el autoconocimiento y la capacidad de estar PRESENTE, en el aquí y ahora, aumentando así el rendimiento laboral por ejemplo.
Y por último, Kundalini Yoga es el yoga de la consciencia y creatividad, en lo personal me ha llevado a vivir grandes cambios en mi vida de forma sana y armónica.
El maestro Yogui Bhajan, quien trajo esta ciencia y técnica sagrada a Occidente, define Kundalini como “tu potencial creativo. Lo experimentas cuando la energía del sistema glandular se combina con la energía del sistema nervioso para crear tal sensibilidad que la totalidad del cerebro reciba señales y las integre. Así pues, te vuelves total e íntegramente consciente y tu potencial creativo se hace disponible para ti”.
Este estilo de yoga combina varios tipos de yoga, logrando así una completa práctica física, emocional y mental. La música y Mantras es parte fundamental de la práctica de Kundalini Yoga ya que el sonido abre y expande nuestra conciencia. En una clase se practican ciertas posturas y serie de movimientos (kriyas) para trabajar cuestiones específicas, ya sea dirigidas al cuerpo físico y/o emocional, para después entrar en una relajación profunda que nos lleva a lograr al final de la práctica un momento de meditación llevada hacia una intención específica, a través de Mantras, cantos, respiración, postura de manos, etc.
En lo personal, creo que Kundalini Yoga es un método muy rápido y eficaz para eliminar patrones nocivos y obsoletos, para así despertar a un estado de plenitud y conectar tu consciencia individual con la consciencia Universal infinita.
Te invito a escuchar un hermoso mantra de Kundalini Yoga “Ong Namo Guru Dev Namo” interpretado por Mirabai Ceiba (encuéntralo en youtube o spotify) y mientras lo escuchas cierra tus ojos y permite que el sonido llegue a tu corazón y te indique cuál es la mejor práctica para ti.
Sat Nam!
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