Cuenta la leyenda, que cuando una persona se pone “a dieta” se le permite tomar whisky, ya que esta es la bebida que menor cantidad de calorías nos aporta.

Pues, ¡¿qué creen?!

¡¡¡Todo lo contrario!!! De hecho, el whisky es de los que contiene más calorías, un aproximado de 250 por cada 100 gramos, según la USDA.

Incluso, podemos hacer una relación entre la cantidad de calorías y el grado de alcohol de una bebida, por lo que regularmente un whisky, vodka o ron estarán en niveles muy similares de contenido calórico, mientras que los vinos de mesa estarán por debajo —alrededor de las 80 calorías por 100 gramos— y la cerveza, en efecto, está en los contenidos más bajos, con 43 calorías aproximadamente, por cada 100 gramos.

Ahora bien, esto es únicamente del alcohol en cuestión, pero si además de eso le agregas a tu bebida jugos azucarados, refrescos regulares o cremas, se convierte en una BOMBA de calorías de 500 o más calorías, ¡¡¡POR bebidaaa!!! Y si contemplamos que, por lo general, cuando nos encontramos haciendo algún régimen alimenticio o dieta procuramos tener un día basado en 1,500 calorías aproximadamente, ¡les dejo las matemáticas a ustedes!

Entonces la pregunta es:

Si ya hice toooda mi semana súper bien la dieta, ¿será necesario romper todo mi esfuerzo solo por tomar alcohol?

La forma más fácil de empezar a quitar calorías en tus bebidas es mezclándolas con un refresco light, agua mineral, o agua natural.

Y al mezclar las bebidas con estos líquidos DILUIR la bebida más de lo que estabas acostumbrado. Al decir diluir me refiero a poner menos cantidad de alcohol, de esta manera te dura más tiempo tu bebida y consumes menos calorías. Para poder hacer esto en un restaurante o bar, el término correcto para pedir tu bebida es: DIVORCIADA.

¡Saludos!

 

Autora: Pamela González

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