Ximena
Soy compleja, irreverente pero apasionada, hambrienta siempre de memorias nuevas y de conocimiento. Me gusta saber de todo un poco, probar las cosas y preparar a mi paladar y a mi mente de aquello desconocido esperando el agrado por ello. Amo la vida y todo lo que traiga en el morral, desde la felicidad suprema, hasta un llanto agudo por el simple hecho de haber vivido las experiencias deseadas. Voy sin remordimientos y sin miedos, sin arrepentimientos por lo que hice, pero con alguno que otro pesar por las cosas que no han salido bien.
Mi profesión me ha enseñado que la humildad abre puertas, que el ego te baja con un duro golpe. He aprendido de grandes amigos que hoy llamo maestros, y agradecida estoy también con quienes me han enseñado lo que no debo hacer. La pasión por lo que hago detrás de los sartenes y las cocinas es una de las más grandes, es la raíz de mi vida, de mi casa y de mi familia, es la remuneración más valiosa cuando alguien halaga su sazón. Ser parte del alimento diario de un grupo de personas es sin duda mi mejor experiencia de vida.
Amo cada pedacito de mi ser, amo ser yo con todos mis colores y mis fortalezas. Soy una mezcla de religiones, de culturas, sabores, de todas y cada una de las personas que han pasado por mi vida, soy la mejor versión de mí, la que cambia cada día y se moldea con cada acción.
Soy agradecida con Dios, con mi pareja, con mi familia, con mis amigos y también con uno que otro enemigo loco y distraído, y con las personas que me regalan su tiempo y su cariño. Soy vida, soy letras, soy vino y soy pan, soy aquello que siempre quise ser. Soy mujer.
Soy yo.
